Nació en 1917 en Paraná donde vivió. Autodidacta. Colaboró con trabajos periodísticos y de investigación en diarios y revistas de su provincia. Para el cancionero de acervo folcórico dejó importantes composiciones literarias que, musicalizadas por su hijo Miguel, definieran como “Canciones paranaseras”. 
Sus poemas Madrugada del pescador, la barca encostada, Milonga del estibador, La soledad de don Villa, entre otros, son cantados y difundidos por diversos artistas locales, principalmente su hijo Miguel. Vinculado al movimiento cultural e interesado en los procesos históricos realizó investigaciones acerca de la Primera Colonia Agrícola Militar Argentina de Las Conchas, hoy Villa Urquiza. La información de los acontecimientos pasados tanto como las contingencias del presente fueron tema de sus escritos periodísticos. En tanto, sus poesías versan sobre su entorno cotidiano. Falleció en Paraná en 1996.

Campanilla azul

Con flores silvestre retornó a la
infancia
y por más que el tiempo nos tienda
su tul
perduran en mi alma tus bellos
matices
flor de los humildes, campanilla
azul.

Cuando en las mañanas ranchos y
cercados
lucían tu manto de azul ilusión,
eras como un cálido pañal de lirismo
cubriendo en el niño la tierna
emoción.


Galante el rocío te dejaba perlas;
descortés su tierra aquel callejón
y en más de una triste tarde
pueblerina
mojaron tus pétalos temprana
aflicción.

Por darnos amparo bajo tu entramada
morías al fuego del sol estival.
Y así te inmolabas sin mito o leyenda
En un claro símil de amor natural.

La madrugada del pescador

Mientras surca el ancho río
en la madrugada clara
una canoa que deja
el ritmo de las remadas
se oye un silbido que trasunta
río, hombre, cielo en calma.

Bordonea el espinel
a la proa atravesado
para indicar al baqueano
que está prendido un dorado;
luego un triunfal alarido
nos confirma lo anunciado.


Pescador del Paraná,
te acompañaré hasta el alba
para que la soledad
no logre apagar tu llama.
Hermano del corto sueño
y de la esperanza larga.
Pescador del Paraná,
te acompañaré hasta el alba

Fogoncitos trasnochados
donde el pescador matea.
Al mirarlos desde lejos
sobre las aguas serenas
pareciera que las islas
lucen un tendal de estrellas.

Nadador de madrugadas:
nada a flor de agua el lucero
para irse a dormir tranquilo
fresquito en el firmamento,
remanseando entre los ranchos
la pobreza del islero.

Pescador del Paraná,

te acompañaré hasta el alba 

Poema musicalizado por su hijo, el ZURDO Martínez 



Categories: